jueves, 11 de junio de 2009

YO TAMBIÉN

«...he decidido escribírtelo ordenadamente, para que llegues a tener plena seguridad de lo que te enseñaron» (Lucas 1.3-4 NVI).

Muchos piensan que sólo los que pasaron por un Seminario Bíblico pueden ser misioneros y que las misiones sólo son para maestros y predicadores. Lucas no era un teólogo, sino un hombre de ciencia, un historiador y médico. Y sin embargo él contribuyó con sus habilidades en el cumplimiento de la Gran Comisión. Cuando dijo: "me parceció también a mí" se ve a sí mismo no sólo como un recipiente del evangelio, sino a alguien que podía hacer algo más. Sus dos grandes aportes son:

a) Se hizo misionero bivocacional acompañando a Pablo en sus viajes, apoyando con conocimientos médicos y aprovechando el tiempo para tomar notas que luego le servirían para escribir el libro de los Hechos de los Apóstoles.

b) Su gran obra literiaria-científica de dos tomos (el Evangelio de Lucas y Hechos de los Apóstoles), una investigación histórica de primera mano, entrevistando a los mismos testigos oculares, que ha traído bendición a miles de millones de personas hasta hoy.

¿Cuántos conocimientos y habilidades hemos adquirido? Es hora también de dar y no sólo de recibir. Lucas fue un hombre que puso a disposición de Dios lo que tenía y lo que sabía. Su expresión "me pareció también a mí", muestra su iniciativa propia de ver cómo podría ayudar... y lo hizo.

¿Estás dispuesto tú a entregar lo que tienes para que el nombre de Jesús sea conocido?

F.R.

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