viernes, 12 de junio de 2009

LA CONSTANCIA DE JOSÉ

José a través de la vida probada y afligida, podía sentir el espíritu de Dios que lo acompañaba. En el sufrimiento forjó su espíritu, desarrolló dones y también el fruto del Espíritu Santo.
Podemos observar algunas características que distinguieron su vida:
-Disciplina en el sufrimiento.
-Confió siempre en la Justicia de Dios.
-Se mantuvo heroicamente fiel a Dios.
-Se elevó desde la prisión al trono, de la humildad al máximo honor.
Todos estos pasos no se debieron a cualidades humanas, sino que el Espíritu Santo lo guió en todas las circunstancias y le dio poder para sobrellevarlas en victorias y santidad.
Nos toca a nosotros ser sensibles a su presencia, caminando en sus caminos, sin rebelarnos.
El soberbio rey de Egipto tuvo que ser el primero en reconocerlo, de la misma manera la gente que te rodea, ¿puede decir que el Espíritu de Dios está en tu vida? El mundo debe glorificar a Dios por nosotros, obligados a hacerlo por la sabiduría, templanza y virtudes del Señor reflejadas en nuestras vidas.
¿Podremos encontrar una persona así, en quien repose el espíritu de Dios? Luego le dijo a José: -Puesto que Dios te ha revelado todo esto, no hay nadie más competente y sabio que tú.
Génesis 41.38-39.

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