viernes, 26 de junio de 2009

DIOS ES DIOS

«Lo llamó por su nombre y él contestó: Aquí estoy. Y Dios le dijo: Toma a Isaac, tu único hijo, al que tanto amas, y vete a la tierra de Moria. Una vez allá, ofrécelo en holocausto sobre el cerro que yo te señalaré» (Génesis 22.1-2 NVI).
No cabe duda que fue Dios el que habló a Abraham. Y tampoco Abraham se equivocó cuando obedeció lo que Dios le había dicho.
Si en esta situación le hubiésemos preguntado a Abraham -"¿Cuál es la voluntad de Dios?"-, él nos hubiera respondido -"Que tome a mi hijo y lo sacrifique"-. Abraham estaba cien por ciento en la voluntad de Dios, cuando tomó a su hijo, la leña y el cuchillo. Tal vez no entendía nada. No sabía el por qué, había escuchado la voz de Dios y estaba obedeciendo. A último momento, cuando ya tenía el cuchillo en la mano, de nuevo apareció Dios, y a través del ángel del Señor, le dijo: -"detente"-.
¿Te encontraste alguna vez en una situación así? Después que trabajaste en un plan que Dios te dio y viste cómo Dios confirmó tu trabajo. Después que experimentaste cómo Dios respondió a tus oraciones y tuviste la paz de saber en el corazón, que realmente estabas caminando en la voluntad de Dios. Cuando faltaba poco para cumplir con la meta; de repente Dios cambió todo. ¿Cuál fue tu reacción? Muchas veces nos enojamos, no entendemos nada y solamente preguntamos ¿por qué?
Cuando Dios nos habla, lo primero que Él espera, es que le obedezcamos. Pero muchas veces lo primero que nosotros hacemos es cuestionar y preguntar el por qué. Siempre tratamos de entender la voluntad de Dios en lugar de obedecerla.. En Isaías 55.8 Dios dice que sus pensamientos son más altos que los nuestros y sus caminos no son nuestros caminos. Si Dios no tiene el derecho de cambiar nuestros planes a último momento, entonces ya no es Dios. Si Dios es el Señor sobre todas las cosas, entonces tiene el derecho de cambiar los planes cuando Él quiera. Dios es Dios.
Señor, estoy dispuesto a obedecerte aunque no lo entienda.
J. S.

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